miércoles, 29 de agosto de 2007

Oscuridad, Capítulo 2

Javier/Foxanthas

Últimamente una serie de pesadillas dominaba sus noches. Llevaba 6 días sin conciliar el sueño. Se veía a él, volando, volando la noche en la que se creía que todo había sucedido. Él sabe que no ha volado, los aviones no le gustan... estar apretujado en una silla con un cinturón de mierda, tener que estar escuchando la voz del piloto o de las azafatas, mientras hacen esos movimientos tan horteras...
Se volvió a levantar de su cama para ir a coger agua, un agua que él consideraba rancia, mas bien asquerosa, pero a falta de birra... qué remedio.
Su mundo se había vuelto bastante solitario desde que se abrió la Puerta del Infierno ya que sus padres eran investigadores del fenómeno. Ahora su madre no despertaba y su padre desapareció sin dejar rastro. No tenía mucha relación con ellos, pero seguían siendo sus padres. Ahora vivía solo, con sus 18 años recién cumplidos no podía tener paga por ser huérfano, y tenia que trabajar... dejar los estudios fue peor de lo que imaginaba.
Sacudió la cabeza bajo un grifo, se secó el pelo y se metió otra vez en la cama de matrimonio, ahora suya. Le daba igual quien hubiese dormido en ella, ahora era suya, como toda la casa... Concilió un sueño extrañamente rápido, tan veloz como el tiempo que se mantuvo dormido, o eso creía.
Abrió los ojos, era de día, se vistió y salió de la habitación pero... ésa, no era su casa. Cerró los ojos y los abrió, no era su casa. La televisión estaba encendida, y se escuchaba a gente hablar en ingles, una cosa imposible, ya que no había comunicación alguna con Inglaterra o Estados Unidos. Atravesó corriendo el inmenso pasillo y llegó a su salón, situado al revés del lugar en el que debería estar.
- ¿Quieres que le dé significado a tus sueños?- Dijo alguien en la televisión.
Javier quedó paralizado, se sentó en el sillon reclinable y volvió a cerrar los ojos. La televisión calló, la luz disminuyó y el volvió a dormir... al cabo de un minuto el abrió los ojos y estaba sentado dentro de un vagón de montaña rusa, una montaña rusa que el creía que no existia.
- Hola Javier, ¿Te gustaría volar sin tener los prejuicios que tienes en los aviones?
- ¿Quién....quien eres tú?- Preguntó.
- Yo soy quien tú querrías ser, tengo todo lo que tú quieres tener... oh, vaya, hay que despertarse. ¡Hasta luego!
La montaña rusa arrancó, comenzó a ascender, cada vez más y más arriba... hasta llegar a poder tocar las oníricas estrellas con la mano... Javier se notó desfallecer, mientras el vagón descendía a toda velocidad, hacia una luz donde se dirigía y acababa la vía...
- ¿Hola? Está despertando...¡Señor, se despierta!- una voz femenina sonaba muy alterada.
- Bien, bien, por fin... Hola chico, tu nombre es...
- Ja... Javier.
- Muy bien Javier, quiero que me digas una cosa... ¿Porqué te tiraste de un 9º piso?
- Yo no hice tal cosa...
- Sí, sí lo hiciste, vieron perfectamente como te tirabas...-Dijo el médico. Por su identificación, se llamaba Antonio.
- Señor An...tonio... es imposible que yo me haya tirado de un 9º... no podría haber sobrevivido.
- Ese es otro factor a tener en cuenta...- Dijo el doctor mientras hacia salir de la habitación a la enfermera.- ¿qué tal fue el viaje en la montaña rusa? Siempre he querido saber porqué se le llama así, ¿en Rusia las montañas son así? Bien, ahora te pondremos un calmante para que no te duela la caída y puedas dormir otra vez, esta vez darte una vuelta por la feria no saldrá gratis.
En esos instantes activó el calmante de Javi, el cual durmió enseguida, y se encontró sentado en uno de esos caballos metálicos que da vueltas, pero que en vez de eso, recorría un camino por encima de los raíles de la noria... Escuchó el trotar de un caballo, no era el suyo, normal, miro hacia atrás y vio como el medico se acercaba a él, en sueños, mientras se desvanecía y se transformaba en la misma sombra que momentos antes... le hizo caer.
- ¡Hola! Te dormiste muy rápido, tu última caída te dejó muy débil por lo que veo... ainy... hay que tener mas cuidado, ¿eh? Controla mejor tus capacidades.
- ¿Capacidades? ¿Quién es usted y de qué habla?- Le gritó Javier, dolorido.
- Ya te lo dije... soy todo lo que tú quieres ser.
Saltó de su caballo, el cual continuó trotando él solo, y... aquella sombra, voló al lado de Javier... iba volando. Javier notaba una corriente de aire ascendente que le levantaba del caballo. La brisa le colocaba, confuso, frente a la sombra voladora.
- ¿Ves? Vuelas, como tanto querías hacer, sin aviones ni azafatas toca pelotas, ¿verdad?- Dijo el desconocido
Javi no contestó, se limitó a cerrar los ojos y miró con cara triste a la sombra, la cual fue atravesada por una gota de agua salada que salía del ojo del joven chico.
- No me llores ahora, anda... ¿quieres poder controlar el viento y volar? Te daré tu nueva vida. Para eso, dame tu la antigua.
Javier le tendió la mano, la sombra la rechazó, se acercó a él y le atravesó la cabeza con su mano sombría e inconsistente... mientras Javi notaba un flujo de fuerzas brotar a su alrededor. Sus ojos se tornaron azul cielo despejado con una pequeña luz en el centro de ellos, y sonrió, mientras con una mano hacía desaparecer creando cortes de aire, la noria, la cual cayó a trozos cortados limpiamente. Lo mismo le hizo a la sombra, la cual desapareció... mientras lo hacía se río.
Foxanthas despertó en su cama como si no hubiese ocurrido nada... si no fuese por el echo de que estaba colocado a un metro por encima del colchón, flotando. Al darse cuenta se dejó caer y sus ojos volvieron a su color original...

Una luz brilló en el cielo.

lunes, 20 de agosto de 2007

Oscuridad, capítulo 1

El cielo nocturno está lleno de llanto
Corazones llenos de mentiras
El contrato...
¿Mereces pagar este precio?
Un alma se prometió a la oscuridad
Ahora, la he perdido
Sé que puedo matar
La verdad está tras las puertas...


Nadie sabe que sucedió, nadie recuerda. Un día el mundo durmió, y gran parte no despertó jamás. Aquí, en la parte norte española, apareció un muro gigante, infranqueable por personas normales. En el muro había una puerta, la cual, por algunas exploraciones, sólo se pudo abrir una vez.
Y allí, el hombre cometió su error.
El cielo nocturno oscureció aún más, sin luna, sin estrellas... todo negro.

*********
Daniel/Zateh

El mundo cada día le daba mas igual, no le interesaba nada. Sus ojos verdes inexpresivos veían el dolor por las televisiones españolas, las únicas activas aún en el mundo. Él no sabía que sucedió en el planeta, ni qué significaba no poder ir a los demás países, no entendía. Tampoco es que se hubiese matado en saberlo... pero a veces la curiosidad le recorría por dentro.
Después de mucho aburrirse, encendió su ordenador, y se conectó a Internet. Un servicio de mensajería instantánea precario hizo que pudiese seguir contactando con todos aquellos de su país con los que les gustaría hablar, era lo único que le mantenía distraído del mundo, sus amigos. No los conocía en persona, “almenos de momento” pensaba él, pero eran una parte más que importante en su vida. Encontró a algunos barceloneses conectados. Quiso quedar con ellos, y así lo hizo. Cogió un tren, subió, cerró los ojos y se limitó a escuchar la canción “Carros de fuego” que puso el conductor del tren como ambientación. Sintió un escalofrío en su columna, que se extendió hasta la mismísima punta de sus dedos de los pies, lo odiaba... ahora sus pies temblarían un rato.
Llegó a Barcelona, y en la estación encontró a sus colegas de siempre, sonriendo. Hacía ya bastante que no les veía, así que les gritó de lejos y les saltó encima a todos, dando algunos codazos (como siempre hacía) y llamándoles de todo menos guapos. Fueron a dar una vuelta por la Gigamesh y la Black Lotus, le interesaba saber que distracción encontraría, ahora que las industrias del rol exterior desaparecieron. Poca cosa. Más bien nada interesante.
Aquella noche, después de viciar un poquito a la Wii, salieron por ahí. Objetivo, haber a quien se intentaban tirar hoy.
Camino a la zona de bares, una zona bastante peligrosa, sobretodo en esos momentos. Él no tenía miedo, su grupo de 5 iba bien preparado... mientras caminaba, Daniel iba recordando todo lo que habían dicho hoy en la televisión “Las autoridades españolas afirman que el muro no sólo se extiendo por la zona de los pirineos, investigaciones confirman que el muro se mueve hasta mas allá de las Baleares. Se lleva a cabo la teoría de que la peninsula ibérica e islas. No se sabe nada del norte de África ni de las palmas.” ¿Qué le hacía pensar esto ahora?
Miró al cielo y no vio estrellas, no supo el porqué, dedujo que fue cosa de la Puerta Del Infierno, como algunos le llamaban.
Se chocó contra alguien.
- Ostia perdona, fue un acciden...- Intentó acabar de hablar, pero un ropero empotrado 2x2 le golpeó en la cara, cosa que le rompió un labio.
- ¡Eh gilipollas! ¿Qué cojones haces? ¿Quieres pelea?- Contestó el agresor.
- Yo... fue un accidente
- Ya... Vamos chicos, a por ellos.
El grupo de 7 armarios con cenicero en la cabeza se lanzaron contra Daniel y sus colegas. Uno de ellos sacó una navaja y estuvo a punto de clavársela a su mejor amigo, pero él consiguió esquivarla. Los otros 6 empezaron a golpearlos a todos, mientras dejaban a Daniel, con el labio roto sentado en el suelo, aturdido, gritando a voces por sus amigos. En un momento de furia saltó encima del que le pegó a él y le hizo saltar una muela, cosa por lo que él chilló y, cogiendo a Dani por la camiseta, le golpeó en la barriga varias veces mientras éste intentaba escapar de su agresor. Mientras intentaba escapar de los golpes, vio a sus amigos recibiendo unas palizas monumentales, y él no podía hacer nada, era un mierdas, en ese momento, lloró...
Lloró fuego.
No supo muy bien que sucedió, ni como. De repente vio tanto a sus amigos como a los enemigos envueltos en llamas, y el tiempo, parado. Se sentó en el suelo ardiente y lloró por sus amigos, los había matado...
Una voz en algún sitio se rió de él, la escuchaba.
- ¿Quién eres? ¿Porqué los mataste a todos?- Gritó Daniel
- ¿Yo? Fuiste tú, Dani. Pero no temas, por suerte, lo que tú has hecho yo lo puedo contrarrestar... pero yo no trabajo gratis.- Dijo Alguien
- ¿¡Puedes arreglar esto!?¿Qué Debo hacer?
- Perderías a tus amigos, pero ellos ganarían la vida. ¿Cuánto los aprecias?
- Mucho... son lo mejor que tengo. De acuerdo, sálvalos.
- Alto ahí – Dijo la voz, que se fue materializando en una sombra mientras hablaba- también me darás tu alma, y tu nombre. Tú a partir de ahora serás buscado... ellos no se acordarán de ti, tu familia tampoco. Pero la gente sabrá de tu existencia. No tienes mas opción que esta para salvar a tus amigos y a ti, eres un asesino, recuérdalo.
Las lágrimas no dejaban ver a la sombra que le hablaba, no podía hablar...
- Bueno, como no puedes hablar por lo que veo, asiente con la cabeza y tus amigos vivirán...- Sonrió la sombra, mientras extendía su mano izquierda hacia la cabeza de Dani. Él la notó tocándole, y entonces... asintió- Bien hecho, hijo mío... ahora dame tu alma. Cierra los ojos...
Daniel cerró sus ojos, y notó su vida marchar de dentro suyo... Dejó de llorar, dejó de intentar hablar, se quedó inexpresivo, sus ojos... completamente verdes, al 100%. Alzó la vista y miró a la sombra, ahora la veía...
- Has dejado de ser Daniel, ahora dime, hijo mío... ¿qué nombre quieres tener?
- Za-teh.
- Bien Zateh, ahora, firma mi contrato...

En aquel momento, una luz apareció en el cielo.

martes, 14 de agosto de 2007

Se abren las puertas

Bienvenidos a todos, jovenes.
Bienvenidos al mundo de Foxanthas, bienvenidos a la subciudad.
Aquí se explicará la vida y paranoias de... mí, por supuesto.
Para empezar un poquito con la vida de este espacio, os pregunto, ¿quereis que narre por capitulos la historia llamada "Oscuridad"?
Postearía un capítulo por semana, sin excepciones.
¿Os parece bien?
¡Comentad buenas gentes, comentad!